HistoriaTemporada 2021

Autos de Leyenda: La Ferrari 312T

Autos de Leyenda: La Ferrari 312T

La Ferrari 312T es uno de los coches más icónicos de la historia de la Scuderia de Maranello. Con Niki Lauda al volante, este coche se llevó el título de 1975 y ganó las tres primeras carreras de 1976 antes de la introducción de su sucesor por parte del equipo Ferrari. Una demostración que el 312T no sólo era bonito sino también veloz; características que hacen que tenga su lugarcito en la exclusiva lista de ‘Autos de Leyenda’.

La Ferrari 312T, fue el primer Fórmula 1 moderno en superar los 500 CV con su legendario motor boxer que, además, la convirtió en la Ferrari de F1 de mayor éxito de la historia, ganando el campeonato mundial con Niki Lauda…

La dilatada historia de Ferrari en la F1 ha tenido momentos de gloria y épocas de sinsabores. Después del campeonato ganado por John Surtees en 1964 hubo una época de sequía hasta mediados de los setenta. El coche que hizo renacer al Cavallino de sus cenizas fue el 312 T, uno de los más exitosos de la marca a través de toda su historia deportiva.

El punto de inflexión del descenso hacia el ascenso se encuentra en 1973, con el 312 B3 diseñado por Mauro Forghieri. Este coche fue le primer Ferrari monocasco, y poseía, además, un muy buen desarrollo del motor de 12 cilindros boxer que había debutado en 1970 y al que Forghieri había aportado sus grandes ideas.

Hijo de un trabajador de la fábrica de coches sport, Forghieri había ingresado en la casa de Modena en 1959 con su flamante título de ingeniero mecánico. En 1961, cuando los principales diseñadores de motores y chasis (ocho en total) renunciaron tras una polémica con Il Commendatore, Forghieri se quedó sólo al mando de la Sección Deportiva, con aciertos como el haber logrado que Surtees fuera campeón en 1964, pero también con muchos errores.

Después de dos años difíciles en 1972 y 1973, Ferrari se estableció de nuevo como un equipo poderoso en la Fórmula Uno. El aumento fue el resultado de muchos cambios en la estructura de Ferrari, incluido los re posicionamientos de Mauro Forghieri como Jefe de Diseño y el nombramiento de Luca Di Montezemolo como director deportivo. Niki Lauda, el prometedor joven piloto austríaco se quedó en el equipo acompañando a Regazzoni después que éste perdiese el título de campeón en 1974 a manos de Emerson Fittipaldi por sólo tres puntos.

A finales del 73 ingresó en Ferrari Luca di Montezemolo (hombre del entorno Fiat) como director del equipo y contrató a dos nuevos pilotos, Niki lauda y Clay Regazzoni, quienes en la primera carrera de 1974 acabaron segundo y tercero respectivamente. El 312 B3/74, sentó las bases para la creación del 312 T, con su distancia entre ejes corta, un bajo centro de gravedad y pesos desplazados hacia delante. También propició el uso de alerones bajos y de un spoiler especial delantero, disciplinas en las que Ferrari, gracias al ingeniero Giacomo Caliri, había sido pionera.

Cuando el equipo presentó a la prensa su nuevo Tipo 312T el 27 de septiembre de 1974, estaba claro que Forghieri había mirado de cerca al Tyrrell de Derek Gardner y los coches Robin Herd (los March) para buscar una distribución más racional de los componentes del coche. El resultado de una menor inercia produjo un coche muy maniobrable que será el más ágil en las curvas que cualquiera de sus predecesores.


La suspensión delantera ha sido completamente rediseñada y colocada en un sub-chasis tubular por delante de la mampara delantera del monocasco. Las ruedas eran soportadas por dos largas varillas de empuje que se extendían hasta casi el centro del coche donde se conectaban a los amortiguadores Koni.

La parte delantera del monocasco también se hizo considerablemente más pequeña mientras que la trompa se construyó a partir de un moldeado en GRP ( Plástico Reforzado con Fibra de vidrio). El alerón delantero de aluminio se montaba simplemente en la parte superior de la nariz.


Los pontones laterales ampliados entre las ruedas delanteras y la cara frontal de las traseras daban capacidad para los radiadores de aceite y agua, partes del motor y las estructuras laterales deformables obligatorias en un caso de choque. Por delante y alrededor de la rueda trasera, el cuerpo se curva también a dirigir el flujo de aire lejos de los anchos neumáticos traseros Goodyear. Estas ruedas traseras se colgaban de la suspensión trasera sobre la base de brazos transversales inferiores en posición invertida , en sustitución del sistema de enlace paralelo para reducir el peso.

Esta Ferrari, sin embargo debe la «T» de su nombre gracias a su innovación técnica más importante, la caja de cambios transversal. A diferencia de los diseños anteriores, esta caja tiene la mayor parte de su peso por delante del eje trasero para mejorar la concentración de masa en el centro del vehículo que agregado a un bajo baricentro le otorgaba una mayor agilidad en los virajes. La entrada de caja de cambios se gira 90 grados por engranajes cónicos para permitir a los ejes de la caja de cambios actuar transversalmente, la transmisión final es a través de engranajes rectos transmitiendo la potencia a ambos semiejes solidarios con sendos discos de frenos.

El impulsor de este coche es el clásico bóxer de 12 cilindros a 180º, denominado Tipo 015 era el desarrollo de la versión 1974. Fue el primer motor en sobrepasar los 500 hp a 12.200 rpm, superando la mayoría de los otros equipos que estaban equipados con el motor Cosworth DFV de ocho cilindros.

A pesar de intensas pruebas de Lauda en la nueva pista de Ferrari en Fiorano, el coche no hizo su debut hasta el Gran Premio de Sudáfrica, la tercera carrera del campeonato. Allí, el coche hizo un debut decepcionante, pero más tarde en la temporada demostraría su superioridad. Lauda ganó cuatro carreras de cinco a mitad de temporada antes de conseguir el campeonato en Monza. Los Grandes Premios de Mónaco, Bélgica, Suecia, Francia y Estados Unidos. El coche era bueno y le dio nueve poles ese año, seis vueltas rápidas y seis victorias, cinco de los cuales fueron de Lauda y una a la cuenta de Regazzoni, nada menos que el Gran Premio de Italia en Monza, durante las doce carreras del campeonato.

No es que el 312 T fuera perfecto, pero tenía como virtud que resultaba neutro (mucho mejor que los anteriores 312 tipo B) y se comportaba de manera progresiva. Aún así, el piloto austríaco tenía serias disidencias con Forghieri: cuando algo fallaba, invariablemente, el autocrático ingeniero italiano cargaba las culpas sobre los pilotos. Forghieri podía llegar a disfrazar los tiempos de entrenamientos para engañar a Enzo Ferrari, al que informaba puntualmente por teléfono. Pero Lauda había aprendido rápido y él también rendía su informe en línea directa al Commendatore. Mientras tanto, todo quedaba enmascarado por la superioridad del conjunto chasis-motor-piloto.

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Niki Lauda y Enzo Ferrari

Además de las victorias Lauda cosechó tres podios, un segundo y dos terceros puestos, dos quintos y dos sextos, uno de ellos bajo un diluvio en el Osterreichring de Zeltweg, recordado por el triunfo de Vittorio Brambilla detenido con la mitad de las vueltas.
Por su parte Clay Regazzoni se llevó dos terceros, dos cuartos y un quinto puesto.

Después de 1975, el coche también se utilizó en el comienzo de 1976 hasta que la Ferrari 312T2 estuvo lista para reemplazarlo. El auto completó la gira extra europea en Brasil, Sudáfrica y EE.UU. GP Oeste en Long Beach con Lauda ganando los dos primeros y Regazzoni el tercero, lo que se dice una contundencia desmoralizante para sus rivales.

La Ferrari 312T fue la primera de una dinastía , basada en la 312B3 de 1974. Hubo muchas versiones, se utilizó desde 1975 hasta 1980. En conclusión… el diseño de Mauro Forghieri para la temporada de 1975, era un diseño sencillo y limpio que respondía a la mayoria de las actualizaciones mecánicas. La serie 312T ganó 27 carreras, cuatro campeonatos de constructores y tres de piloto. Fue reemplazada para la temporada de 1981 por la 126 C , el primer F1 con turbocompresor de Ferrari . También fue el último automóvil de F1 con aspiración natural de Ferrari hasta la Ferrari 640 en 1989, después de la prohibición de los motores turboalimentados.

Por todo esto, la Ferrari 312T entró en la prestigiosa lista de ‘Autos de Leyenda’

Por Gustavo M. Antonio para La MáximaF1

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