Sobre la misteriosa muerte de Colin Chapman
La misteriosa desaparición del inventor.
El artífice del éxito de Lotus, marca de automóviles que creó en 1952 con solo 25 libras en el bolsillo (prestado por su futura esposa), nos dejaba una noche de invierno debido a un paro cardíaco.
Al menos esto es lo que cuenta la historia oficial, aunque la leyenda urbana, puesta en escena inmediatamente después de su fallecimiento y en años posteriores, aún lo daban por vivo al haber urdido, supuestamente, su propia salida de escena en virtud del escándalo DeLorean.
Una historia que fue alimentada por el hecho de que, aparte de la familia, nadie vio el cuerpo del legendario constructor, ni siquiera amigos cercanos.De hecho, la noticia de que Chapman había muerto en su villa de Ketteringham Hall, en el condado de Norfolk, fue seguida a las pocas semanas por la quiebra de la empresa dirigida por el empresario estadounidense John DeLorean, con quien Chapman había establecido relaciones comerciales debido al proceso de producción del deportivo DMC-12.
Según informó el diario La Stampa de Turín, al día siguiente de la muerte de Chapman, el contrato firmado entre el británico y DeLorean fue de unos 12 millones de libras. Justo a principios de diciembre de 1982, Lotus había declarado una importante pérdida en el año financiero. Para cubrir esos saldos negativos, Chapman había solicitado y obtenido, un préstamo de bancos londinenses.
Que el período no fue el mejor lo atestigua la negativa de American Express, en ese momento principal financista de Lotus, a renovar el contrato económico de la fábrica de automóviles de serie que expiraría a finales del año 1982. Como consecuencia de esto hecho, Chapman corría grave peligro de ser despedido en la próxima junta de accionistas de la empresa.
El comunicado oficial, emitido por Lotus sobre las causas de la muerte de su fundador, hablaba de un infarto, sin embargo, debido a los acontecimientos financieros, pronto se difundió el rumor de que el motivo real de la «desaparición» de Chapman podría ser diferente. Las acciones de Lotus, que ya estaban en declive, sufrieron nuevas pérdidas.
Aunque el equipo de F1 aún experimentó momentos de gloria en los siguientes años, fue en realidad el comienzo de una lenta agonía que culminó con el cierre total del equipo a fines de 1994.