Historia del número 27 en la F1
Hubo un tiempo en la F1, dónde los dorsales de los autos eran muy importantes.. míticos. En los orígenes de la Formula 1 la asignación de los dorsales era un poco caótica y se asignaban según el orden de inscripción.
Durante los primeros 23 años de la categoría no hubo una norma establecida para el reparto de números. Los que los distribuían eran los organizadores de cada Gran Premio, por lo que se reservaban el derecho de decidir si el campeón en ejercicio utilizaba o no el «Nº 1», por ejemplo. Así, se dieron situaciones que hoy resultan llamativas: por caso, en una buena cantidad de los eventos de este periodo los únicos números que se veían en los autos eran pares (principalmente durante los 50, aunque las citas europeas que iniciaron el Mundial -Francia, Italia, Holanda, por ejemplo- siguieron con esa “tradición” hasta finales de los 60).
A partir del año 1971 comenzó siendo fijo el número del campeón, y posteriormente en el año 1973 todos los equipos tomaron un número fijo, excepto el equipo del campeón de la temporada anterior que tomaba el «número 1 y número 2» en sus vehículos. De esta manera en la temporada siguiente, si no ganaban el título, intercambiaban dorsales con el nuevo campeón que lucía el número 1 en su auto y durante se intensificó la estandarización hacia su compañero de equipo, que comenzó a utilizar regularmente el «2». Pero no fue hasta el año siguiente cuando se instauró un nuevo sistema de numeración, que consistía en la aplicación de un par de números fijos para cada equipo.
¿Cómo se implementó? Tomándose como base la tabla del Mundial de Constructores del certamen anterior, siendo el conjunto campeón el elegido para utilizar los números más bajos «1 y 2», mientras que al subcampeón le tocó los siguientes, «3 y 4» , y así sucesivamente.
En 1980 Williams utilizaba los números «27 y 28«, pero gracias a la consagración de su piloto, Alan Jones, pintaron el «1» y el «2» para 1981, dejándole los dígitos más altos a Ferrari, que venía de usar el «1» y «2» en los autos de Jody Scheckter -campeón1979- y Gilles Villeneuve, respectivamente. Justamente, a partir de allí nació la corta (solo lo utilizó una temporada y media) pero icónica vinculación entre el canadiense y el «Nº 27».
En caso que el monarca entrante cambiara de equipo, el enroque se daba entre su nueva estructura y la que tenía la numeración más baja. Ello sucedió en 1978, cuando Niki Lauda, campeón vigente, compitió para Brabham luego de haberse consagrado con Ferrari. La Scudería mantuvo sus dígitos «11 y 12», mientras que McLaren, que ostentaba el «1» con James Hunt, campeón 1976, pasó a utilizar los números del equipo de Bernie Ecclestone «7 y 8».
Si el campeón se retiraba al finalizar el campeonato en el que se coronaba su equipo mantenía la numeración más baja, pero el Nº 1 se reemplazaba por el «0». Así, Williams contó con dicho número en 1993 y 1994, luego de los retiros de Nigel Mansell campeón 1992 y Alain Prost campeón 1993 . Lo más llamativo es que en ambos torneos el «0» fue utilizado por el mismo piloto: Damon Hill. La única excepción a esta regla se dio justamente en 1974, el primer año de la implementación del sistema: ante el retiro de Jackie Stewart, campeón 1973 con Tyrrell, Lotus, que obtuvo el título de constructores el año anterior, utilizó el ‘1 y el 2’. Así, Ronnie Peterson, quien nunca se coronó en la Máxima, se dio el gusto de correr con el número que distingue a los consagrados.
El número 27 lo usaron muchos pilotos durante la historia de la categoría, debuta allá por los ’50 con el norteamericano Walt Ader en las 500 millas de Indianápolis, también lo pintaron en los autos de Chiron, Rossier, Baghetti, Courage, Regazzoni, Hunt, Jones, Senna entre muchos…
Sin embargo, y a pesar que fue usado con mucho éxito por pilotos cómo Jones, el número 27 se lo asocia, se lo identifica con Ferrari…
De 1981 a 1995, año al final del cual está destinado a cambiar el reglamento sobre la asignación de dorsales, Ferrari lució los dorsales 27 y 28 (a excepción de 1990, en el que la llegada de El campeón del mundo Alain Prost llevó al intercambio de dorsales con McLaren).
A decir verdad, a lo largo de los años, precisamente por este reglamento, hemos visto algunas cesiones curiosas, como los números 3 y 4 que acabaron en el morro del Tyrrell durante años.
Pero, ¿por qué ese par de números, y en particular el 27 , despertaron tanta fascinación en esos 14 años de historia de Ferrari?
Cabe recordar que hubo un pequeño precedente: durante dos carreras, durante 1970, Ferrari lució el 27 en sus autos, primero a Jacky Ickx en Bélgica, que partió en cuarta posición y terminó octavo, luego a Clay Regazzoni en Austria. , que junto a su compañero (Ickx de hecho), mete un fantástico 1-2 aprovechando el abandono de Rindt y llegando por detrás del belga.
La lista de pilotos que lo lucieron en Ferrari es bastante larga: Gilles Villeneuve, Patrick Tambay, Michele Alboreto, Nigel Mansell, el propio Alain Prost y Jean Alesi. Para ser justos, también deberían incluirse los nombres de Nicola Larini y Gianni Morbidelli, quienes durante tres carreras han reemplazado a Jean Alesi (1994) y Alain Prost (1991) respectivamente.
Las hazañas del Canadiense a bordo de la Ferrari número 27 son conocidas y extensamente contadas, son tantos los números y la locura que enardecieron al público sobre todo en 1981, año en el que el talento de Gilles literalmente explotó. Montecarlo y Jarama son sus dos grandes victorias, o esas míticas vueltas en Montreal con la pista mojada y el ala delantera literalmente tapándole la visión.
Una escena en algunos aspectos irrepetible y particularmente arriesgada, en la que Villeneuve pasó de cargar con la mala fama de ser un constructor de chatarra a ser un piloto capaz de conducir con gran destreza incluso vehículos ‘inmanejables’ para llevarlos a ritmo de carrera.
Tambay tuvo que recoger ese legado y ese número, pesado como un yunque en su 126C2, pero él también logró entrar en los corazones de los fanáticos de Ferrari casi de inmediato, especialmente con la espléndida victoria en Hockenheim, el día después del terrible accidente de Pironi . El francés fue otro gran intérprete del número 27, sobre todo cuando formó la dupla totalmente francesa con René Arnoux, años en los que ambos llevaron a Ferrari al segundo Campeonato del Mundo de Constructores consecutivo.
Por cierto, ambos consiguieron llevar a Ferrari a la victoria en Imola, un año después del drama protagonizado por Villeneuve y Pironi. Tambay, entonces, sería reemplazado por Alboreto , en el año en el que Ferrari vuelve a ganar en Zolder, dos años después de la tragedia de Gilles . Otro 27 rosso, otro piloto que estuvo a punto de convertirse en un fuerte candidato al título, como de hecho sucederá la temporada siguiente. Será la única victoria de 1984, pero particularmente llena de significado: un piloto italiano vuelve a ganar al volante de una Ferrari.
1985 pintaba para una temporada de posible consagración, que sería arruinada por el conflicto de Ferrari con la FIA , que llevaría a Il Commendatore a casi tomar una acción disruptiva con el proyecto número 637, con el que Ferrari puso proa hacia EEUU para correr en la Indy y el CART poniendo el coche justo en manos de Alboreto, pero que nunca vio la luz.
Michele gana en Montreal, el circuito que lleva el nombre de Gilles Villeneuve, aprovechando las desgracias de los dos Lotus: primero los problemas con el turbo de Senna, entonces el duelo íntegramente italiano con De Angelis fue resuelto a favor del piloto de Ferrari, que en las primeras etapas de la carrera superó al romano. En una de esas… detrás de esos triunfos pudo haber un paso de manos de la batuta, de Villeneuve a Alboreto … Ciertamente, Alboreto no fue el primero en retomar el legado de Gilles, pero si fue el que más lo honró, ganando primero en el circuito que le resultó fatal al canadiense y un año después en la pista de casa de Villeneuve.
El campeonato de Alboreto termina en segundo lugar y este resultado será seguido por la oscura temporada de 1986, donde Alboreto incluso será superado en la clasificación por su compañero Johansson . Así que Don Enzo contrata al piloto que mejor que ningún otro se identificará con el número 28, Gerhard Berger . El austriaco estará casi inevitablemente llamado a hacer el papel de primer piloto y tanto en 1987 como en 1988 le gana a Alboreto.
En cuanto a resultados, los dos, rinden al público un fantástico homenaje a Enzo al ganar en Monza a mes de su desaparición. Pero para Michele, el destino a está sellado y, al parecer, el propio Commendatore quería el cambio en el número 27. De hecho, llega Nigel Mansell lo usa en 15 carreras… El 27 Rosso, lo despide Jean Alesi de Ferrari en 1995.
Desde 2014 la categoría implementó el tercer y por el momento último cambio. Fue radical, por primera vez el eje se puso sobre los pilotos y no sobre los equipos. Ellos pudieron elegir el número que llevarían en los laterales de sus autos durante toda su carrera, sin importar si cambiasen de equipo. Incluso, desde entonces pueden llevarlo siendo los vigentes campeones, dejando así de lado si quieren el Nº 1.
Entonces, cada piloto nuevo puede utilizar cualquier número libre que no se haya empleado con dos años de antelación. La salvedad es el Nº 17, que fue retirado en homenaje a Jules Bianchi tras su grave accidente en Japón 2014, por el que meses después terminó perdiendo la vida.
Esta nueva distribución permitió el regreso del Nº 13, que solo había sido utilizado por el mexicano Moises Solana en la visita de la categoría a su país en 1963. Durante este siglo fue elegido por Pastor Maldonado, quien lo llevó durante sus dos certámenes (2014 y 2015).
Pero, para los que pintamos canas, y sobre todo para quienes nos late un ‘V12 Rosso’ en medio del pecho, el Nº 27 significa mucho más que un simple dorsal… es un pasaje directo a la pertenencia, los recuerdos y la emoción.
Por Gustavo M. Antonio para La MáximaF1