Ferrari cambia de estrategia y apuesta por Leclerc.
El nuevo curso de Ferrari, con Frederic Vasseur a la cabeza, ya habría trazado el camino a seguir en los próximos años en cuanto a la gestión de los pilotos y programas de desarrollo.
Ciertamente no era el arranque del mundial de F1 que se esperaba en Ferrari. El cuarto puesto de Carlos Sainz y el abandono de Charles Leclerc inauguraban de la peor manera lo que se suponía que iba a ser la temporada de redención de Ferrari.
Sin embargo, como también insinuó el propio Vasseur tras el Gran Premio de Bahrain, ya estarían al tanto de cómo resolver una situación que ya parece irrecuperable…
La enorme diferencia a favor de Red Bull vista en Sakhir es ciertamente preocupante, sobre todo si tenemos en cuenta que en esa misma pista los equipos realizaron 3 días completos de pruebas de pretemporada (por un total de horas tal que se minimiza la posibilidad de errores cómo el que cometió Ferrari). Aún así, Vasseur está convencido de que el visto en Bahrain podría haber sido la peor versión posible del SF-23, y que por tanto, a partir de las próximas carreras, la distancia con Red Bull podría ser bastante diferente.
La estrategia de desarrollo de monoplazas adoptada por Ferrari durante 2022 (bajo la dirección de Mattia Binotto) preveía la introducción de macro-paquetes de actualizaciones cada 5 o 6 carreras. Recordamos bien cómo el año pasado llegaron a España las primeras novedades reales que trajo la F1-75: con tiempos de este tipo, era inevitable dejar a Red Bull y al resto de los rivales la posibilidad de sumar puntos importantes en ese lapso de tiempo en el que llegaban las mejoras, Ferrari no había actualizado, y luego intentaba recuperar todo a través de las posteriores ‘mega’ actualizaciones.
Una estrategia perdedora, sobre todo si se adopta en una época de topes presupuestarios, que este año se decidió abandonar. De hecho, la nueva línea Ferrari quería que la SF-23 tomara un camino diferente, similar al de Red Bull, a través del cual, llevar pequeñas pero importantes novedades a cada gran premio. A partir de Jeddah, de hecho, deberíamos ver algunos pequeños trucos técnicos en el monoplaza italiano, especialmente en el alerón delantero.
El otro aspecto importante en el que el equipo de Vasseur es que intervendrá fuertemente en lo que se refiere a la gestión de los pilotos en relación con los desarrollos mencionados.
La dirección de Binotto, indefinida también a este respecto, de hecho había puesto el bienestar de ambos pilotos como el centro del desarrollo del coche: como nunca había querido elegir un primer o un segundo piloto, el antiguo director del equipo había tratado de conformar a ambos. Sainz y Leclerc (dos pilotos con estilos de conducción diametralmente opuestos), acabaron quemando literalmente buena parte del potencial de rendimiento del coche. Una gestión suicida acentuada aún más por la comparación con Red Bull, que siempre se ha caracterizado por favorecer el desarrollo de sus coches en el sentido del primer piloto, mejorando notablemente el confort y las prestaciones incluso en detrimento del segundo piloto. Un sacrificio necesario si la ambición es convertirse en campeones del mundo sin un coche dominante.
El talento y la velocidad de Leclerc son reconocidos unánimemente como superiores a los del también excelente Sainz. Por tanto, el desarrollo y las correcciones técnicas que se realizarán al monoplaza durante la temporada verán satisfechas las peticiones del piloto de Mónaco, en un intento de ofrecer la mejor versión posible del SF-23 al piloto que se considere más fuerte. A Sainz, notoriamente un buen piloto de pruebas y un piloto confiable, se le encomendará la tarea de probar las mejoras introducidas en el monoplaza de carrera en carrera, en la línea de lo que sucede en Red Bull con Pérez.
La ‘revolución’ de Vasseur ha comenzado: la esperanza ahora es que el SF23 confirme ese prodigio de la ingeniería del que se ha hablado durante meses, para dar al Cavallino la oportunidad de jugar sus cartas contra un Red Bull que parece, de momento, inabordable .