Historia

Michele Alboreto, Piloto y Caballero

Michele Alboreto, Piloto y Caballero

Un 25 de Abril de 2001, hace veinte años, el mundo del automovilismo lamentó la pérdida de Michele Alboreto, el último italiano en ganar un Gran Premio con Ferrari.

Alboreto murió probando un Audi R8 en Lausitzring en Alemania, una tragedia que dejó a la comunidad del automovilismo absolutamente atónita por el dolor. Michele tenía solo 44 años.

A las 15:30 hs del miércoles 25 de Abril de 2001 tendría lugar en el nuevo circuito de LausitzRing uno de esos accidentes que a primera vista encuentren una fácil explicación. En plena recta, el Audi R8 que Michele Alboreto probaba para las siguientes 24 Horas de Le Mans perdió la línea, se estrelló contra las defensas a 300 Km/h y volcó. El circuito, estrenado el año anterior, uno de los más completos y seguros, no podía ponerse en cuestión, como tampoco el auto, que había pasado por los crash test obligatorios. Michele, que en la vuelta anterior había bajado el ritmo, sólo sobrevivió unas horas.    Las primeras especulaciones daban opción a varias hipótesis: fallo aerodinámico, bloqueo de transmisión, desvanecimiento del piloto… Sin embargo, una exhaustiva investigación posterior pareció determinar que la causa del siniestro fue un pinchazo lento del neumático trasero izquierdo, que terminó reventando en la recta.

Michele, veterano de 194 Grandes Premios y cinco veces ganador en la F1, era inteligente, sensible, muy simpático, y un hombre que encarnaba el espíritu de los antiguos ‘Caballeros del Camino’.

Michele Alboreto había nacido en Milán el 23 de Diciembre de 1956 y en los autódromos próximos a sus domicilios, había admirado en Monza a sus ídolos de infancia, llegando a ser testigo de las muertes de Rindt y Peterson en aquel circuito. 

Piloto aguerrido y con hambre de victoria pero muy humilde, reservado y amable fuera del cockpit, Alboreto había debutado en 1976 en fórmula Monza, en la que continuó el año siguiente, destacando en la fórmula Italia (4º del campeonato en 1978) y en la fórmula III después (subcampeón italiano 1979 y campeón europeo 1980, ante Boutsen, Fabi, Baldi, Alliot y Streiff).

Ken Tyrrell le dio al italiano su aprendizaje de F1, un privilegio que aprovechó al entregarle al tío Ken sus dos últimas victorias en Grandes Premios antes de mudarse a la Casa de Maranello en 1984.

Cuando se mató Villeneuve, Enzo Ferrari se empeñó en contratarlo desde Mayo de 1983, pero Ken Tyrrell no lo liberó del compromiso que tenía con él, y Michele tuvo que esperar hasta la nueva temporada.

Y a la tercera carrera, en Abril de 1984, ya había otorgado a la Scuderia una victoria en Zolder, la primera victoria  italiana  de Ferrari desde la de Scarfiotti en Monza 1966. Su compañero en la Scuderia era René Arnoux con quien tenía formulado un pacto tácito de no agresión.  «Si René, por ejemplo, se encontrara delante de mí hacia el final de un carrera y estuviésemos en disposición de obtener un doblete, el tendrá la seguridad de poder ganar y de saber que yo no voy a atacarlo» decía Michele

Fue un fuerte contendiente por el campeonato mundial en 1985, pero los problemas de confiabilidad de la Scuderia ese año permitieron a Alain Prost de McLaren pasar y ganar el título dejando a Alboreto en 2º lugar.

La carrera de Alboreto en F1 fue cayendo lentamente a partir de entonces cuando pasó de un equipo de bajo rendimiento a otro, y finalmente se retiró con Minardi a fines de 1994.

No abandonaría sin embargo la competición: corrió en el DTM (con Alfa Romeo), en la IRL 1996 (4 llegadas entre los 10 primeros en 5 carreras) y en otras disciplinas. En 1997 sumó a sus logros la victoria en las 24 Horas de Le Mans sobre un Porsche TWR del Jöst Racing, con Johansson y Kristensen, a 204,8 Km/h, con lo que su carrera experimentó un renacer. Fue contratado entonces por Audi y agradeció la confianza quedando 4º en las 24 Horas de Le Mans 1999, 2º en las 12 Horas de Sebring 2000 y 1º en las de 2001. Michele no despreció ninguna oportunidad de conducir al límite el domingo anterior al día en que se mató había corrido en Monza una prueba del Lamborghini Super Trophy ni tampoco olvidó nunca a sus ídolos de juventud, llevando en su casco los colores azul y amarillo en homenaje permanente a Ronnie Peterson.

Veinte años después del trágico fallecimiento de Alboreto, el vicepresidente de Ferrari, Piero Ferrari, recordó y rindió homenaje al piloto italiano.

“Siempre es difícil resumir a alguien en unas pocas palabras, más aún en el caso de Michele”, dijo el hijo de Enzo Ferrari.

“Siempre fuimos buenos amigos, incluso después de que dejó Ferrari y luego el deporte en sí. Fue sumamente educado, absolutamente dedicado al equipo y, sobre todo, muy racional en sus decisiones.

“Durante su tiempo en Tyrrell, Michele había demostrado ser muy rápido en todo tipo de circuito y en cualquier condición, una característica que llamó la atención de mi padre, así como el hecho de que era claramente serio, comprometido y equilibrado. Por lo tanto, tenía todas las cualidades necesarias para ser piloto de la Scuderia ”.

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