Hoy, visitamos el Infierno Verde, Nürburgring Nordschleife
Ir a Nürburgring Nordschleife es llegar a un lugar de obligada peregrinación entre los aficionados a las carreras y tener un sentimiento difícil de describir.
Hace mucho tiempo que tenía marcado en el mapa Nürburg, un pueblo alemán situado en el Distrito de Ahrweiler, para ir al circuito de Nürburgring Nordschleife, girar en sus más de 20 kilómetros y trazar sus 90 curvas; cuando llegó la oportunidad consulté los días en los que la pista estaba abierta para los Touristenfahrten (días en los que cualquiera, pagando un ticket, 25 euros/vuelta en días de semana y 30 el fin de semana, puede acceder al circuito antiguo), luego reservé el hotel, uno que me recomendaron, el Dorint Am Nürburgring (120 euros/habitación/noche), situado junto al circuito, con vistas a la recta principal y decorado con coches y motos, y su bar (lleno de recuerdos y todo tipo de cuadros por todos lados, incluido el techo, de donde cuelga un Fórmula), que ha sido testigo, según me contaron, de algunas de las fiestas que realizaban los pilotos de F1 cuando, además de ser pilotos, eran tipos que se divertían.
Para cenar, nada mejor que el Pistenklause, no es que sea el sitio más memorable de Nürburg, pero si Ayrton Senna y Niki Lauda cenaban allí, tú también debes hacerlo.
Podemos darnos un paseo por el Ring Boulevard (debajo de la tribuna principal) donde está la Ferrari Store, la tienda de Aston Martin, tiendas con merchandising del circuito, hay incluso concesionarios de marcas como Nissan, con algunos de sus modelos deportivos expuestos, además de tener una maqueta a escala del Nordschleife bajo un suelo de cristal sobre el que se puede caminar y ver el circuito al detalle.
Una de las zonas más visitadas es la de Gran Premio, muy remodelada y llamada RingºWerk, un museo bastante interactivo en el que podemos encontrar coches como el Opel Astra DTM ganador de las 24 Horas del Nürburgring de 2003, películas en cuatro dimensiones, simuladores de Fórmula 1 y varias cosas más para pasar el rato.
Hay varias empresas especializadas en alquiler de vehículos preparados para girar en el circuito (por ejemplo: RSRNürburg o Rent4Ring), que ofrecen un enorme catálogo de vehículos, como el BMW M3 (desde 900 euros/4 vueltas), el Porsche 911 GT3 (desde 1.200 euros/4 v.) o el Nissan GTR (desde 1.600/4 v.), por nombrar algunos. El más pequeño y barato, un Ford Fiesta ST, está disponible desde 89 euros/vuelta. De todos los precios y para todos los gustos.
En mi caso, dada la mala climatología, decidí entrar a girar al circuito con mi coche, con lo cual no necesité pasar por alguna de ellas.
Vi coches de todo tipo en el pequeño parking esperando entrar, desde los impresionantes Ferrari F12 berlinetta y McLaren MP4-12C (la preparación racing que observabas en algunos asombraba, los veías y sabías que te pasarían como si estuvieras parado en el circuito), hasta los más humildes, Suzuki Swift o Renault Clio, con matrículas de medio mundo, porque Nürburgring es una de las mecas del automovilismo para cualquier aficionado. Todos tienen en común una cosa, han ido hasta allí para entrar en el Nordschleife.
Mi conocimiento del circuito era escaso, por lo que presté mucha atención a todo lo que me recomendaron al sacar el ticket: las características que tiene este circuito que lo hace diferente, las subidas y bajadas (alguna de mucha pendiente, que dan un poquito de miedo, por lo que te recuerdan frenar el coche cuando estén las cuatro ruedas apoyando en el suelo y la dirección completamente recta, cosa que no todos hacen y sufren las consecuencias, alguno vi «abrazado» al guardarrail), los pianos, (solo hay tres que se pueden tocar, el resto si no quieres salir disparado hacia la valla de protección, mejor evitarlos), el tema de los adelantamientos, (los vehículos rápidos adelantan siempre por la izquierda, los lentos, cuando ven venir por detrás un coche más rápido, deben apartarse para facilitar el paso).
También te avisan sobre las consecuencias que puede tener sufrir un accidente, debes abonar (a precio de oro) por la atención dentro del circuito, por ejemplo la grúa, (500 euros), entrada del Safety Car (101 euros/media hora) y los desperfectos ocasionados, que suman bastante dinero, un guardarrail, (alrededor de 500 euros/metro) y 1.700 euros adicionales por hora si tienen que cerrar el circuito por tu culpa.
Hay que ir con cuidado, con mucho respeto, no estás en un videojuego, el trazado es estrecho, los pianos son altos, las vallas están cerca, hay muchas curvas ciegas, los desniveles parecen de montaña rusa… no tienes que creerte piloto de carreras porque puede terminar mal lo que tenía que ser una fiesta. A mí me tocó lluvia… mucho más cuidado todavía…
Con un poco de nervios, todo hay que decirlo, paso la tarjeta magnética por el sistema de apertura, se abre la barrera y empieza mi debut en Nordschleife, orgulloso por haber podido cumplir un sueño.
Comparto el video para que se suban conmigo al coche y juntos nos demos una vuelta al Infierno Verde…