HistoriaTemporada 2021

Hoy visitamos la ‘Donington Grand Prix Collection’

Hoy visitamos la ‘Donington Grand Prix Collection’

Donington Park tiene una historia ilustre con la F1 y ha presentado algunas batallas increíbles a lo largo de los años, la más famosa es la de la primera vuelta de Ayrton Senna en el GP de 1993, cuando comenzando desde el cuarto lugar en la parrilla, adelantó a Schumacher, Hill y Prost en rápida sucesión bajo la lluvia.

Pero además del circuito, tuvo hasta finales de 2018 la «Donington Grand Prix Collection«, la mayor exhibición de autos de carreras de Grand Prix en el mundo.

La colección fue desarrollada por Tom Wheatcroft, quien comenzó a comprar autos de GP en la década de 1960. En 1971 compró el sitio del antiguo circuito de Donington Park y se dedicó a reconstruir la pista. Antes de traer las carreras de regreso al lugar en 1977, abrió su museo.

Luego de la inauguración en 1973, Wheatcroft siguió ampliando su colección de coches.

Durante 45 años, el museo fue un importante destino para los fanáticos de la máxima. Tom murió en 2009 y todo quedó en manos de su hijo Kevin, que vendió muchos de los preciados autos de su padre de los 50, 60 y 70 para ayudar a financiar el trabajo de restauración. El espacio fue llenado por autos de GP más recientes prestados por los fabricantes y se introdujo una colección de vehículos militares en el museo.

Yendo a la Donington Grand Prix Collection; más de 130 coches (Ferrari, Maserati, Auto Unión, Porsche, Cooper, BRM, Brabham, March, Lotus, Williams, Tyrrell, McLaren, etc), ilustraban la historia del automovilismo de principios del siglo XX, donde te podías acercar a los autos que fueron conducidos por nombres tan famosos como Nuvolari, Moss, Fangio, Clark, Hill o Stewart. Además albergaba la colección más grande de McLaren y Williams en el mundo (fuera de sus respectivas fábricas), y la única colección completa de Vanwall.

La entrada al museo estaba llena de bombas de gasolina antiguas y un monumento a los legendarios campeones Fangio y Senna. El museo contenía una tienda de regalos y un restaurante, aunque si hacía buen tiempo, se podía hacer un picnic en los jardines.

Había exhibiciones especiales dedicadas a Jimmy Clark y Graham Hill. Fotografías de héroes de carreras de épocas pasadas se alineaban en las paredes, así como descripciones e información histórica. Había un ejemplo de un antiguo taller/garaje con todo tipo de artículos interesantes (cascos, guantes, programas antiguos…).

También había una colección de trofeos ganados por Mike Hailwood, el motociclista campeón del mundo y ex piloto de Grand Prix. Los pasillos de enlace entre salas estaban dedicados a distintos objetos: cascos y monos de pilotos. Jackie Stewart, entre ellos. O la colección de coches de Roger Williamson, piloto protegido de Wheatcroft y fallecido en accidente de F1 en 1973.

El museo definitivamente valía la pena ser visto por los entusiastas de la F1 para que se den cuenta de que había un mundo que existía antes de, por ejemplo, Ayrton Senna o Michael Schumacher.A la entrada, junto a la taquilla, nos recibía el Red Bull de Coulthard y Webber de 2008. La tienda del circuito también se encontraba allí.

La cosa prometía, pero sorprendentemente al entrar en la primera sala, no fueron precisamente F1 lo que vieron mis ojos… Allí está el «Hall de los vehículos militares» y ahora que conozco el pasado de Tom Wheatcroft como conductor de tanques en la Segunda Guerra Mundial me explico que esté allí esa exposición, hay de todo: carros de combate, camiones, anfibios, jeeps, motos o cañones norteamericanos, ingleses y también alemanes.Avanzando un poco ya nos encontrábamos con lo que habíamos ido a ver, empezando por unas ilustraciones de los circuitos clásicos sobre los cristales de las ventanas que dan al jardín.

Una vez se entraba en la primera sala de autos de Gran Premio, te permitía examinar de primera mano la evolución del automóvil de GP, no es frecuente ver ejes de transmisión delanteros en un automóvil GP, pero lo veías en el Lotus 63 4WD.También había recordatorios de los peligros de la época, en particular un homenaje a David Purley, quien sufrió y sobrevivió a una desaceleración de 180G. Su auto chocó contra una barrera en Silverstone y se detuvo por completo en 66 cm. desde los 170 km/h.Los autos de esa época eran diseñados por el hombre y no formados por túneles de viento y definitivamente hay algo atractivo en eso.

Había gran cantidad de historia dentro de las paredes del edificio, llamaba la atención por su variedad y abarcaba monoplazas de todas las épocas de la especialidad.

Los modelos expuestos eran en mayoría coches británicos, pero no faltaban italianos, franceses y alemanes. Se podía ver el Ferrari 500 que a manos de Alberto Ascari ganó todas las carreras en las que participó en 1952 y cinco de las ocho de 1953.A lo largo del recorrido se podía apreciar no sólo la evolución de la F1 en su conjunto, sino también los desarrollos realizados por equipos individuales a lo largo de los años.

No faltaba en Donington referencias al equipo de Ken Tyrrell, campeón del mundo de constructores en 1971 y campeón de pilotos en 1971 y 1973 con Stewart.Tampoco faltaba un nutrido ramillete de campeones del mundo, de pilotos o de constructores.Al final de la sala, cuatro monoplazas, dos de 1980, el Tyrrell 010 de Eddie Cheever y el Alfa Romeo de Bruno Giacomelli, les acompañaban un prototipo de Jaguar F1 y el BAR de 2004.

La sala McLaren presentaba una increíble colección de fotografías colocadas tanto arriba como detrás de los autos. Las icónicas libreas evocaban una sensación de emoción de un tiempo pasado, pero que afortunadamente todavía se recuerda. 12 campeonatos del mundo de pilotos y 8 de constructores adornan las vitrinas del equipo de Woking.

Aquí la calidad chocaba frontalmente con la cantidad, 24 nada menos, incluyendo tres campeones del mundo: el MP4 5B Honda de 1990 y los MP4 13 y 14A Mercedes de 1998 y 99. Si bien la colección McLaren era una de las más completas del mundo, la necesidad de agruparlos en una única sala hacía que no se pudieran disfrutar mucho debido a que estaban bastante juntos. La muestra repasaba 40 años de la historia del equipo, desde el primer monoplaza, el M2B de 1966 hasta el MP4 21 de 2006.

Desde el punto de vista de orden en la ubicación de los vehículos, las mejores salas eran las de Williams y la de Vanwall / B.R.M.En la sala dedicada a «Williams Racing», el equipo del mítico Frank Williams, uno de los más laureados de la F1 de todos los tiempos, con 7 títulos de pilotos y 9 de constructores, estaba compuesta por 11 modelos, entre los cuales había cuatro campeones del mundo: el FW11 B Honda de 1987, el FW14B de 1992 que ganó nueve GPs, el FW15 Renault de 1993 y el FW18 Renault, vencedor con Damon Hill en 1996.

Entre los demás, no tan laureados, destacaba el FW07C de 1981 de Carlos Reutemann. También se podían ver el tristemente famoso FW16 Renault de 1994, el FW22 BMW de 2000, el FW26 BMW de 2004 y el FW30 Toyota de 2008.El pabellón de Williams terminaba con cuatro monoplazas británicos, el Stewart Ford SF1-01 de 1997, primer coche del equipo del escocés Jackie Stewart y tres de los Jaguar de F1 del año 2000, 2001 y 2002

La quinta y última sala del museo estaba dedicada a dos de las escuderías míticas de la F1 británica: Vanwall y BRM.La sala estaba compuesta por una nutrida representación de monoplazas de la escudería BRM (British Racing Motors), todo un clásico de la F1 que compitió desde 1951 hasta su retirada en 1975. Corrió 197 carreras, ganó 17 GPs y se llevó el campeonato de pilotos y de constructores en 1962, con Graham Hill.Allí se veía el enorme motor BRM H16, dos motores de ocho cilindros planos y una capacidad total de tres litros. No fue particularmente exitoso, principalmente por su peso, pero ganó una carrera en manos de Jim Clark en un Lotus 43.

Esta sala también albergaba la única colección completa de autos de carreras de Vanwall, un equipo británico fundado en la década de 1950 que tuvo un éxito considerable, incluida la construcción del primer automóvil británico en ganar una carrera del Campeonato del Mundo y convertirse en campeón de constructores en 1958. El equipo dejó de competir en 1961 después de la muerte de su fundador, Tony Vanderwell.

Allí se mostraban también algunas joyas, aunque no sean F1. El célebre AC Cobra, GT anglo-norteamericano de 1962, un Osca Streamer que batió en 1955, el récord de velocidad en Salt Lake y un Belanger Special Indycar de 1954.

Y con ello damos por finalizado un fantástico recorrido por la historia viva de la F1, Una pena que cerró sus puertas, no hay otro museo igual en el mundo donde disfrutar de tantos y tan buenos monoplazas de F1.

#DardoFernándezTorremare #MuseoDonington

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