Historia

Hoy vamos a conocer: ‘Hangar 7’ un lugar único en el mundo

Hoy vamos a conocer: ‘Hangar 7’ un lugar único en el mundo

La ciudad austríaca de Salzburgo contiene «varias ciudades» dentro de ella… Está la Salzburgo de Mozart, la de la cerveza, la de «Sonrisas y lágrimas» y también una cara más moderna y tecnológica, se llama «Hangar 7».

Está a las afueras de la ciudad (10 minutos en coche), junto al aeropuerto, se trata de un complejo de ocio que es el símbolo del imperio Red Bull, la marca de bebidas energéticas cuya escudería participa en la Fórmula 1.
Los orígenes del equipo se remontan al creado por Jackie Stewart (Stewart Grand Prix), que disputó sus primeras carreras en 1997.

El equipo fue comprado por Ford Motor Company y corrió bajo el nombre de Jaguar durante la temporada 2000 de F1. Red Bull adquirió la escudería Jaguar Racing cuando anunció en 2004 su retirada de la máxima categoría del automovilismo.


Si bien la escudería debe su nombre a la empresa de bebidas Red Bull, propietaria y principal patrocinador, la denominación comercial del equipo ha sufrido modificaciones en distintas temporadas, incorporando a la misma el nombre de distintos patrocinadores, como por ejemplo entre los años 2013 y 2015 el equipo fue conocido como Infiniti Red Bull Racing o a partir de 2018 que pasó a llamarse Aston Martin Red Bull Racing.


En 2005, durante la primera temporada en F1, el equipo mantiene los motores Cosworth, en 2006 cambian a motor Ferrari y en 2007 incorporan los motores Renault con los que ganó ocho mundiales (cuatro de pilotos y cuatro de constructores). A partir de la temporada 2019 lo hace con motores Honda.
Volviendo al paseo. Hangar 7 es una instalación futurista, una obra arquitectónica única creada por Volkmar Burgstaller (que en principio era para albergar sólo a los Flying Bulls), en la que el fundador y propietario, el multimillonario austríaco Dietrich Mateschitz, expone sus «juguetes», o sea, su flota de aviones, helicópteros, coches de carreras, motos, etc, etc.


Inaugurado en 2003, unas 200.000 personas acuden a este lugar cada año; alberga un restaurante de lujo, dos bares, salones de reuniones, tiendas oficiales, exposiciones de arte contemporáneo y el museo, que es pequeño y se puede ver tranquilamente en poco más de una hora. Todo se muestra muy bien y hay carteles de información para que sepas lo que estás viendo, pantallas con videos y una interesante colección de fotos sobre las actividades deportivas patrocinadas por Red Bull.

Se pueden ver varios coches de Fórmula 1, de Red Bull (RB6, campeón de 2010, RB7 campeón de 2011, RB8, campeón de 2012, RB9 campeón de 2013), Toro Rosso (por ejemplo el STR5 de 2010) o Sauber Petronas (patrocinado por Red Bull entre 1995 y 2004), coches de distintas categorías, motos (KTM 450 ganadora del Dakar) además del espectacular prototipo Red Bull X1, varios helicópteros (Cobra) y aviones (Douglas DC-6B de los años cincuenta, Dornier Alpha Jets, P-38 Lightning de Lockheed), algún que otro taxi de Nueva York, algún que otro Jeep y todoterreno especial de la selva africana y dos «artilugios» con los que Félix Baumgartner logró dos récord, el ala de fibra de carbono con una envergadura de 1,8 metros, con la que cruzó volando los 36 km. del Canal de la Mancha desde Dover (Inglaterra) hasta Calais (Francia) y la capsula Red Bull Stratos desde la que saltó al vacío desde la estratosfera, entre otras cosas…Precioso museo, muestra espectacular de ingenio, arte y despliegue de recursos económicos, exquisita y lujosamente decorado, hasta el extremo de que en sus baños podrían celebrarse banquetes de bodas sin que se notase diferencia alguna con los comedores de los grandes palacios y hoteles (y no exagero).

Aquí encontramos el placer en los niveles más altos, ya sea si se trata del placer técnico, materializado por conducir y volar, o si se trata del placer gourmet, materializado por la alta cocina, su restaurante “Ikarus”, (en el primer piso) posee dos estrellas Michelin, el Carpe Diem Lounge – Café está situado en la planta baja y el Threesixty und Mayday Bar está colgando de la gran cúpula del techo, su piso es de vidrio transparente, lo que permite desde este lugar ver a “vuelo de pájaro” todo lo expuesto.

Eso sí, en el bar, el café cuesta 3,80 euros, en el lujoso Ikarus, 6,50 euros. Los precios son altos, pero al ser la entrada y el aparcamiento gratuitos, algún dinerito se puede gastar en los bares (en el restaurante es prohibitivo para la mayoría de los mortales), aprovechar para degustar la exquisita gastronomía austríaca y disfrutar de la excelente ubicación para ver aterrizar los aviones en el aeropuerto de Salzburgo.


Visitar el museo es un rápido repaso por la historia de uno de los dominadores de la F1 durante algunos años…#DardoFernándezTorremare#MuseoRedBull

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